2/11/09

1 REYES 8


PUNTOS SOBRESALIENTES: El arca es traída al Templo y es dedicada; oración de Salomón; su sacrificio.




VERSÍCULO PARA HOY: "Toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiese la plaga en su corazón, y extendiera sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tu conoces, porque sólo tú conoces el corazón de todos lo hijos de los hombres" (1 Reyes 8:38 - 39).

En la dedicación del Templo, el Rey Salomón se arrodilló delante de Dios, extendiendo sus brazos al Cielo y oró una de las oraciones más largas que se registra en la Biblia.

Salomón proclamó: "Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni debajo en la tierra ..." (1 Reyes 8:23). No solo reconoció a Dios como el único Dios verdadero, sino que reafirmó delante del pueblo que el recibir las bendiciones de Dios dependía de que ellos volvieran al Señor "de todo su corazón" (8:48). Sin embargo, "... hizo Salomón lo malo... y no siguió cumplidamente a Jehová..." (11:6).

Finalmente, su orgullo y su amor por el poder, lujo y satisfacción física, trajo el juicio de Dios sobre él. (11:1,3,9,11.) Cuán diferente hubiese sido el resultado si Salomón hubiese vivido las verdades que expresó en oración.

El Señor sabe si nuestras oraciones son solo emociones pasajeras, o si son verdaderamente una expresión de nuestro deseo profundo de complacerlo.

El énfasis que ponemos sobre cosas de este mundo, riqueza, fama y otras atracciones físicas, eventualmente revelará la profundidad de nuestra sinceridad y fidelidad a Dios.

"Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2:16).

PENSAMIENTO PARA HOY: El que conoce la verdad y no la vive, se engaña a sí mismo.

CRISTO REVELADO: En la oración dedicatoria de Salomón como un tipo de oración Sacerdotal de Cristo (1 Reyes 8:22 - 54; Juan 17).