18/11/09

2 REYES 23:21-25

PUNTOS SOBRESALIENTES: La pascua es reinstituida; muerte de Josías; Joacaz encarcelado; Joacim conquistado y controlado por Nabucodonosor; Joacim capturado por Nabucodonosor; reinado de Sedequías; caída de Jerusalén; cautividad de Judá.

VERSÍCULO DE HOY: "Y el rey de Babilonia los hirió y mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá de sobre su tierra" (2 Reyes 25:21).




Sólo 23 años después de la muerte de Josías, el Reino del Sur de Judá se rindió al control de Egipto. Debido a la infidelidad del pueblo y a su desobediencia continua a la Palabra de Dios, la nación fue reducida a ruinas.

Los últimos cuatro reyes fueron solo títeres, nombrados y controlados por Egipto y Babilonia. A través de sus reinados, la nación experimentó una serie de conquistas y deportaciones.

Cuán patética fue la caída de Judá, especialmente si se considera que el Reino del Norte también habia caído cerca de 135 años antes, Judá y el reino del Norte formado juntas en una época a Israel, una de las naciones más poderosas sobre la tierra. De un comienzo muy pequeño, Israel alcanzó una grandeza imperial que atraía la admiración de las naciones más poderosas de su era. Pero debido a la idolatría de Salomón, la nación llegó a dividirse.

Más tarde, en medio de la declinación de Judá, Dios levantó al profeta Jeremías. Si el pueblo hubiese seguido su consejo, el resultado habría sido muy diferente. Tanto Joacim como Ezequías pudieron haber desafiado a las fuerzas invasoras, pero la nación perdió su poder y el privilegio de la protección de Dios.

Con un ejército inmenso, Nabucodonosor, arrasó la parte norte del país y rodeó a Jerusalén. Finalmente, la ciudad comenzó a morirse de hambre.

Sedequías, con sus esposas, hijos y guardias huyeron a través de una abertura en la pared (Ezequiel 12:12); pero fueron capturados en las planicies de Jericó. Sedequías fue forzado a ver la matanza de su propia familia; luego se le sacaron los ojos, y fue llevado en cadenas a Babilonia. Su travesía agonizante dio cumplimiento a dos profecías que parecían contradecirse entre ellas; que Sedequías vendría a Babilonia, pero que no la vería. (Jeremías 32:5; 34:21; Ezequiel 12:3; 17:20-21.)

La destrucción del reinado de Judá nos enseña que la nación más grande en la tierra no puede sobrevivir si su pueblo rechaza continuamente a Dios y a Su justicia. La riqueza, los vastos ejércitos y la protección nuclear son una seguridad falsa cuando una nación se aleja de Dios.

"Estos confían en carros, y aquellos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos, y estamos de pie" (Salmo 20:7-9).

PENSAMIENTO PARA HOY: El éxito verdadero de una nación depende de su fidelidad para con Dios.

CRISTO REVELADO: Por medio de la Pascua (2 Reyes 23:21-23), Es un tipo de Cristo, nuestro Redentor (Juan 1:29; 1 Corintios 5:6-7; 1 Pedro 1:18-19).

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