21/11/08

ÉXODO

El libro de Éxodo es la continuación de la historia de los descendientes de los 12 hijos de Jacob. Los últimos capítulos de Génesis dicen como Jacob y su familia fueron a vivir a Egipto, durante el tiempo en el que José estaba sirviendo como un alto oficial bajo el Faraón. En aquel tiempo la familia de Jacob consistía de 70 personas. Gracias a José, Faraón concedió a los israelitas la tierra de Gosén, la tierra más productiva de Egipto.

Después de la muerte de José, el prestigio del que habían gozado los israelitas en Egipto gradualmente desapareció.

En el primer capítulo de Éxodo, que significa “la salida” o “partida” (Hebreos 11:22), solo dos versículos cortos abarcan muchos años entre la muerte de José y la era de Moisés (1:6-7).

Capítulos 1-11 abarcan el periodo cuando los israelitas eran esclavos de los egipcios siendo forzados a soportar mucho sufrimiento. Dios dirigió a Moisés a pronunciar una serie de nueve plagas sobre Egipto; entonces El envió el ángel de la muerte a través de la nación incrédula.

Capítulos 12-13 tratan con la milagrosa liberación israelita de Egipto. Esta fue posible debido a su obediencia al aplicar la sangre y al comer el cordero de la Pascua.

En el momento en que fueron liberados de esclavitud, eran probablemente 600 000 hombres israelitas más mujeres, niños y la gran multitud de toda clase de gente (12: 37-38). El número total ha sido estimado en más de dos millones de personas.

Capítulo 14-18 proporcionan un relato de los israelitas desde el Mar Rojo hasta el Monte Sinaí, el cual tomó unos 50 días.

Capítulo 19-40 se llevan a cabo en el Monte Sinaí donde Dios les dio los Diez Mandamientos e instrucciones detalladas para construir el Tabernáculo y ofrecimientos de sacrificios.

El tabernáculo representa la vida y el propósito de Cristo. Desde el momento en que el sacerdote entra por la puerta del comportamiento cerrado del Tabernáculo hasta que entra en el lugar santo, cada proceso simbolizaba a Cristo y el desarrollo de la relación del creyente con el Señor.

Pasaron aproximadamente 430 años desde el momento en que Dios concedió el Pacto Abrahámico hasta que les dio la Ley en el Monte Sinaí (Gálatas 3:16-17).

El libro de Éxodo revela la protección y provisión de Dios para Su pueblo en medio de nuestras grandes dificultades.

GÉNESIS 46-48

PUNTOS SOBRESALIENTES: Visión de Jacob en Beerseba; viaje a Egipto; José y el hambre; la mejor tierra dada a Jacob; los hijos de José bendecidos.

VERSÍCULO DE HOY: “Y bendijo a José…” (Génesis 48:15).

Desde temprana edad, José había dirigido su corazón a complacer al Señor. Dios no solamente lo bendijo ricamente como resultado de su fidelidad, sino que también entes que su padre Jacob muriese, Jacob fue llevado por Dios a otorgar una bendición de pacto sobre José, la cual se extendió a través de sus descendientes por muchas generaciones.

Ojalá que los cristianos de hoy se dieran cuenta de las recompensas que Dios otorga a aquellos que abandonan las atracciones mundanas y dirigen su corazón a complacer a Dios. Pero existen voces engañosas hablando en todas partes, demandando atención y tratando de alejar a los cristianos de la Palabra de Dios. Con frecuencia el deseo de satisfacerse a uno mismo vence al deseo de complacer a Dios.

Las bendiciones más grandes de Dios son otorgadas a seguidores constantes, a aquellos que ven la importancia de servir fielmente al Señor, aún cuando esto oponga a lo que ellos preferirían hacer.

Nosotros somos librados de la vida egocéntrica a medida que leemos y nos sometemos a la Palabra de Dios y escogemos Su voluntad.

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).

PENSAMIENTO PARA HOY: ¿Has dirigido tu corazón a complacer el Señor o a ti mismo?

CRISTO REPRESENTADO: Por José, quien estaba en el trono para sustentar vida y dar provisiones (Génesis 47:15). Jesús dijo: “Porque el pan de Dios es aquél que descendió del cielo y da vida al mundo” (Juan 6:33).