Excepto por Saúl, todos los reyes de Judá e Israel están registrados en 1 y 2 Reyes.
Después de la muerte de Salomón, 10 de las tribus se rebelaron contra su hijo Roboam y formaron el Reino del Norte llamado Israel (algunas veces referido como Efraín o Samaria). La rebelión fue dirigida por Jeroboam, el cual estableció inmediatamente la adoración a becerros de oro en Dany Betel con el propósito de prevenir que el pueblo adorara en Jerusalén y se reunificara con las otras tribus.
Los primeros 17 capítulos de 2 Reyes, están dedicados al reino dividido. Roboam fue el primer rey del Reinado del Sur, el cual consistía en las tribus de Judá y Benjamín, así como los levitas que se mantuvo fiel al Templo de adoración nombrado por Dios en Jerusalen.(1 Reyes 12:20-21).
Los profetas fueron prominentes durante la historia de los reyes. Expusieron la corrupción de la nación, profetizaron el juicio de Dios, y apelaron al pueblo para que volviera a El. El profeta más prominente de 1 Reyes fue Elías; en 2 Reyes es Eliseo.
Diecinueve reyes gobernaron a Israel durante su historia de 210 años como reino dividido, pero ninguno de ellos adoró fielmente a Dios.
En el noveno año de Joseas, rey de las tribus del norte, Salmanasar conquistó Samaria. Mucha gente fue llevada a diferentes lugares del imperio asirio, y las diez tribus perdieron su identidad (2 Reyes 17). Los pocos israelitas que quedaron se casaron con otros cautivos de tierras extranjeras y llegaron a ser conocidos como samaritanos. Fueron odiados por los judíos (Juan 4:9).
Las tribus de Rubén y Gad y la mitad de la tribu de Manasés habían ocupado territorio en el lado este del Río Jordán cerca de la Tierra Prometida, y fueron los primeros en ser vencidos por los asirios (1 Crónicas 5:25-26).
El reinado del Sur de Judá, el cual era más pequeño, (2 Reyes 18-25) también tuvo 19 reyes. (Esto no incluye a la usurpadora Reina Atalía, o Gedalías, quien fue nombrada gobernadora por dos meses - 2 Reyes 11:1-16; 25:22-25). Continuó como una nación por aproximadamente 136 años después de la destrucción de Israel.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, destruyó los dos templos de Salomón y Jerusalén(Compare 2 Reyes 25:3-13; Jeremías 52:12-17 ). La mayoría de la población fue deportada a Babilonia. Aquellos a quienes se les permitió quedarse huyeron a Egipto, llevándose a Jeremías como rehén.