17/11/10

Mensaje falsificado (4ta Parte)

Engaño es la palabra clave. El diccionario define engaño de esta forma: "Dar a la mentira apariencia de verdad. Inducir a otro a creer y tener por cierto lo que no lo es". El engaño te conduce al error, te extravía. En el capitulo 24 de San Mateo, Jesús repite la advertencia contra el engaño cuatro veces, tal vez porque el engaño será el instrumento más poderoso del enemigo es los últimos tiempos.


El apóstol Pablo continúa la explicación de este "hombre de pecado" diciendo que sus seguidores se perderían "por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2 Tesalonicenses 2:10-12). ¿Observaste la importancia que el apóstol le da a la verdad? En el fin de los tiempos hay gente que se perderá porque "no recibió la verdad"; prefirieron "creer la mentira".

A esta altura conviene hacerse preguntas: ¿De qué verdad habla Pablo? ¿Dónde está esa verdad? Jesús respondió esa pregunta muchos siglos atrás. Al orar en favor de sus discípulos dijo: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad"(San Juan 17:17).

Hay momentos en los cuales es preciso parar y pensar. Confrontarse con la verdad puede ser doloroso, porque la verdad siempre es un mundo de posibilidades que lleva hacia lo desconocido, y eso provoca miedo. Pero ¿imaginaste qué habría ocurrido si Newton no hubiese querido saber la verdad cuando una manzana le cayó sobre la cabeza? ¿Qué habría pasado si un día Cristóbal Colón no hubiese decidido partir rumbo a lo desconocido?.

La Biblia afirma que, desgraciadamente, en los días previos a la venida de Cristo habrá mucha gente que preferirá vivir en la mentira. Quizás eso sea más cómodo y menos doloroso. A veces las personas actúan como el paciente que sabe que está con cáncer y prefiere que el médico no se lo diga, esperando que el hecho de ignorar la verdad pueda disminuir la gravedad de su realidad.

Pero el apóstol va más allá. Él dice que en los postreros días, poco antes del retorno de Jesús, este "hombre de pecado" realizará el engaño más grande, la obra maestra de la mentira: imitará el regreso de Cristo. Lo dice así: "... Se manifestaré aquel inicuo ... cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (2 Tesalonicenses 2:8:10). ¿Sabes de lo que se habla aquí? De una falsificación. Una imitación del retorno de Cristo tan bien hecha que podrían ser engañados aun los escogidos.

Es interesante notar la palabra advenimiento. Pablo la usa para referirse a la aparición mentirosa del inicuo, pero es la misma palabra griega, parusía, que el Nuevo Testamento usa para referirse a la manifestación gloriosa del Señor Jesucristo. ¿Coincidencia? No. El apóstol usa esa palabra a propósito, para enfatizar la imitación casi perfecta de la venida de Cristo que realizará el "hombre de pecado". Todo ha sido planeado por el "inicuo" con minuciosidad, para hacer creer a las multitudes que su imitación es la verdadera venida de Jesús.

Esta será la obra maestra del engaño satánico. El mundo está siendo preparado para eso. Observa la temática de las películas, la literatura y los juegos electrónicos que consumen millones de seres humanos. Vivimos en la cultura de lo mágico, lo sobrenatural y lo extraterrestre. Los niños llegan al punto de tomar esas cosas como realidad. Por otra lado, nota los fenómenos paranormales que realiza el espiritismo. ¿Por qué las personas no podrían creer en un espíritu maligno disfrazado de Cristo y que hace cosas espectaculares?.

Nota dos pensamientos más del texto. El primero es el siguiente: esta parusía falsa es "por obra de Satanás". Hay un poder sobrenatural por detrás de esa falsificación. Es una obra maligna. Puede venir acompañada por señales y prodigios, pero es maligna. Ya lo dijo Juan, al descubrir a este poder satánico, en el libro de Apocalipsis: "También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer..." (Apocalipsis 13:13,14) ¿Te das cuenta? Este poder "engaña a los moradores de la tierra". Las personas se rinden ante las señales y los prodigios. Aceptan el engaño como si fuese la verdad de parte de Dios.

Los milagros y los prodigios no son necesariamente evidencia de que Dios está detrás de esas "maravillas". Cualquier ser humano corre el riesgo de ser engañado y servir de instrumento del mal, pensando que está haciendo las cosas en el nombre de Jesús.

Mensaje falsificado (3ra Parte)

La batalla final, que el Apocalipsis llama Armagedón y que sucederá antes de la venida de Cristo, no será una batalla con cañones o misiles. No será de Oriente contra Occidente, ni socialismo contra capitalismo. La última batalla de los siglos será entre realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira, entre el bien y el mal. Y el campo de batalla será el corazón humano.


Este enemigo, mentiroso por naturaleza, tratará de engañar al mayor número de personas en los días finales de la historia, incluso a los más precavidos. Para lograrlo, naturalmente, no se presentará como es. Si lo hiciera, nadie iría con él. El apóstol San Pablo dice el enemigo vendrá camuflado: "... No es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz"( 2 Corintios 11:14). Será un personaje espiritual, religioso, obrador de "señales y prodigios". De otro modo los "escogidos" nunca caerían en sus artimañas.

El apóstol Pablo describe la manera en que actuará el engañador en los días finales: "Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar... Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios"(2 Tesalonicenses 2:1-4).

Este texto es clave para entender el asunto. San Pablo afirma que el Señor Jesús no vendrá antes de que "venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado". ¿Quién es este "hombre de pecado"? ¿A quién se refiere el apóstol? ¿De qué apostasía habla y cuándo sucederá eso?.

El propio Pablo menciona otras características de ese "hombre de pecado". Dice que "se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios y es objeto de culto". Pero se levanta contra Dios de una forma extraña. Se "opone" sin oponerse. No habla contra Dios sino que se disfraza, se hace "pasar por Dios", "se sienta en el templo de Dios, como Dios". Pero no es Dios. Desdichadamente, las multitudes le creen, lo siguen y aceptan lo que él enseña. Y al hacerlo, lógicamente, caen en la apostasía.

¿Conoces, en nuestros días, algún poder religioso que se atribuya poderes divinos? ¿Has visto alguna institución religiosa que pretenda tener o considere que tiene autoridad suficiente como para "cambiar" lo que está escrito en la Palabra de Dios? Esto es preocupante. El día que tú veas que un ser humano se sienta en un trono y se hace pasar por representante de Dios, puedes saber que es parte del cumplimiento de la profecía bíblica.

Jesús dijo que la hora de su retorno estaría próxima cuando se viera "en el lugar santo de la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)" (San Mateo 24:15). La frase "el que lee, entienda" está en el texto entre paréntesis. No todos entenderán. Va a depender de la actitud con que el ser humano busque la verdad. Dios sólo se revela a los que lo buscan con sinceridad y humildad de corazón.

Y ¿de  qué abominación desoladora había hablado el profeta Daniel? Para saberlo necesitamos ir al libro de Daniel. Él había mencionado a un poder religioso que "hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley..." Un poder se que "se engrandeció hasta el ejército del cielo... Aun  se engrandeció contra el Príncipe de los ejércitos ... y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó"(Daniel 7:25; 8:10-12).

Observa que, en algún momento de la historia, este poder religioso intentaría mudar "los tiempos y la ley" y echaría "por tierra la verdad". ¿Por qué tiene tanto odio contra la verdad? Porque por detrás de este poder está el padre de la mentira. La verdad y la mentira son como la luz y la oscuridad, no pueden andar juntas. El enemigo de Dios inventaría una ley falsa, mentirosa, para llevar la atención de las personas lejos de la ley verdadera. Todo eso usando sus armas preferidas: el engaño y la seducción.