18/11/10

Mensaje falsificado (5ta Parte)

El otro pensamiento es que este engaño funciona sólo con los que no tuvieron "el amor a la verdad". Con aquellos que rechazaron la palabra de Dios, que no quisieron recibirla. Por miedo, por preconcepto o por cualquier otro motivo. Se negaron a aceptar la verdad. La verdad sólo se encuentra  en la Palabra de Dios.

Fue por causa de la falsificación de su venida que Jesús advirtió a sus discípulos: "Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis... Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está ... en los aposentos, no lo creáis"(San Mateo 24:23,25,26).

Conversando hace poco con Armando Juárez, escritor mexicano residente en Estados Unidos, me decía: "Imáginate. ¿Qué sucedería si un día una nave espacial posará en alguna capital del mundo y todos los medios de comunicación enviaran sus reporteros para cubrir la noticia en vivo y, ante los ojos del mundo entero, saliera alguien de apariencia radiante, espectacular y carismática afirmando ser el Cristo? ¿Quién se atrevería a dudar, si todos están viendo y puede ser probado científicamente?".

La única vacuna contra los engaños del enemigo es el conocimiento de la Palabra de Dios. Jesús dijo: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres"(San Juan 8:32); pero vivimos en tiempos en los que las personas prácticamente desconocen la verdad. Ignoran la Biblia. No saben lo que dicen las Escrituras. El ser humano de nuestros días prefiere correr a las librerías y comprar productos de la imaginación humana. Prefiere dar crédito a historias fantasiosas antes que tomarse el trabajo de estudiar lo que la Biblia enseña.

El Señor Jesucristo describió para sus discípulos cómo sería su venida. Lo hizo con claridad meridiana: "Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre" (San Mateo 24:27).


La venida de Jesús será un acontecimiento visible para todo el mundo. Millones y millones de personas que habitan este planeta lo contemplarán viniendo en gloria. "Todo ojo lo verá", afirma el apóstol Juan. Después trata de describir con palabras humanas lo que el Señor le mostró en visión: "Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero". ¿Notas? Este es el "Verdadero". El auténtico, el genuino. El otro es la imitación, el padre de la mentira, el engañador.

Juan sigue describiendo: "Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo... Y su nombre es : EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos... Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES" (Apocalipsis 1:7; 19:11,12-14,16).

Este es el momento glorioso de la humanidad. Cristo regresa a la Tierra para ponerle un punto final a la historia del pecado. No más dolor. No más llanto. La muerte no arrancará otra vez a un ser querido de tus manos. Las tristezas, los dramas y las tragedias de esta vida habrán llegado a su fin.

Cuando era niño, un día huí de casa por miedo al castigo. Había cometido una falta y sabía que arreglaría las cuentas con mamá. Corrí, corrí y corrí. Corrí pensando que si iba al lugar más lejano de la tierra mi madre no me encontraría. Corrí creyendo que allá, en el punto infinito del horizonte, donde el cielo se une con la tierra, podría esconderme de mis propios errores. Tenía miedo de parar. Corrí sin saber hacia dónde. Simplemente, corrí.

El día agonizaba en los trigales maduros de mi tierra. Las sombras de la noche se mezclaban con mis miedos y me aprisionaban. El canto amedrentador de las lechuzas parecía la carcajada siniestra de la noche. Estaba cansado, con frío y con hambre. Me acurruqué debajo del umbral de una casa abandonada y fue vencido por el cansancio. No sé cuánto tiempo dormí. Solamente sé que desperté asustado. Alguien me acariciaba el rostro dulcemente. Era mi madre.

-Ya está bien, hijo- susurró a mis oídos con ternura, ya corriste demasiado; llegó la hora de volver. Vamos a casa.

Esta es la verdad más hermosa de todos los tiempos. Tú también ya corriste demasiado, ya sufriste, ya lloraste. Ya te heriste los pies en la arena caliente del desierto de esta vida. Ya está bien, hijo, te dice Jesús. Llegó la hora de volver. Vamos a casa.

¿Aceptarás la invitación?

La respuesta es sólo tuya.

17/11/10

Mensaje falsificado (4ta Parte)

Engaño es la palabra clave. El diccionario define engaño de esta forma: "Dar a la mentira apariencia de verdad. Inducir a otro a creer y tener por cierto lo que no lo es". El engaño te conduce al error, te extravía. En el capitulo 24 de San Mateo, Jesús repite la advertencia contra el engaño cuatro veces, tal vez porque el engaño será el instrumento más poderoso del enemigo es los últimos tiempos.


El apóstol Pablo continúa la explicación de este "hombre de pecado" diciendo que sus seguidores se perderían "por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2 Tesalonicenses 2:10-12). ¿Observaste la importancia que el apóstol le da a la verdad? En el fin de los tiempos hay gente que se perderá porque "no recibió la verdad"; prefirieron "creer la mentira".

A esta altura conviene hacerse preguntas: ¿De qué verdad habla Pablo? ¿Dónde está esa verdad? Jesús respondió esa pregunta muchos siglos atrás. Al orar en favor de sus discípulos dijo: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad"(San Juan 17:17).

Hay momentos en los cuales es preciso parar y pensar. Confrontarse con la verdad puede ser doloroso, porque la verdad siempre es un mundo de posibilidades que lleva hacia lo desconocido, y eso provoca miedo. Pero ¿imaginaste qué habría ocurrido si Newton no hubiese querido saber la verdad cuando una manzana le cayó sobre la cabeza? ¿Qué habría pasado si un día Cristóbal Colón no hubiese decidido partir rumbo a lo desconocido?.

La Biblia afirma que, desgraciadamente, en los días previos a la venida de Cristo habrá mucha gente que preferirá vivir en la mentira. Quizás eso sea más cómodo y menos doloroso. A veces las personas actúan como el paciente que sabe que está con cáncer y prefiere que el médico no se lo diga, esperando que el hecho de ignorar la verdad pueda disminuir la gravedad de su realidad.

Pero el apóstol va más allá. Él dice que en los postreros días, poco antes del retorno de Jesús, este "hombre de pecado" realizará el engaño más grande, la obra maestra de la mentira: imitará el regreso de Cristo. Lo dice así: "... Se manifestaré aquel inicuo ... cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (2 Tesalonicenses 2:8:10). ¿Sabes de lo que se habla aquí? De una falsificación. Una imitación del retorno de Cristo tan bien hecha que podrían ser engañados aun los escogidos.

Es interesante notar la palabra advenimiento. Pablo la usa para referirse a la aparición mentirosa del inicuo, pero es la misma palabra griega, parusía, que el Nuevo Testamento usa para referirse a la manifestación gloriosa del Señor Jesucristo. ¿Coincidencia? No. El apóstol usa esa palabra a propósito, para enfatizar la imitación casi perfecta de la venida de Cristo que realizará el "hombre de pecado". Todo ha sido planeado por el "inicuo" con minuciosidad, para hacer creer a las multitudes que su imitación es la verdadera venida de Jesús.

Esta será la obra maestra del engaño satánico. El mundo está siendo preparado para eso. Observa la temática de las películas, la literatura y los juegos electrónicos que consumen millones de seres humanos. Vivimos en la cultura de lo mágico, lo sobrenatural y lo extraterrestre. Los niños llegan al punto de tomar esas cosas como realidad. Por otra lado, nota los fenómenos paranormales que realiza el espiritismo. ¿Por qué las personas no podrían creer en un espíritu maligno disfrazado de Cristo y que hace cosas espectaculares?.

Nota dos pensamientos más del texto. El primero es el siguiente: esta parusía falsa es "por obra de Satanás". Hay un poder sobrenatural por detrás de esa falsificación. Es una obra maligna. Puede venir acompañada por señales y prodigios, pero es maligna. Ya lo dijo Juan, al descubrir a este poder satánico, en el libro de Apocalipsis: "También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer..." (Apocalipsis 13:13,14) ¿Te das cuenta? Este poder "engaña a los moradores de la tierra". Las personas se rinden ante las señales y los prodigios. Aceptan el engaño como si fuese la verdad de parte de Dios.

Los milagros y los prodigios no son necesariamente evidencia de que Dios está detrás de esas "maravillas". Cualquier ser humano corre el riesgo de ser engañado y servir de instrumento del mal, pensando que está haciendo las cosas en el nombre de Jesús.