3/1/11

Una extraña persecución (2da parte).

El libro de Apocalipsis habla de esa persecución y Jesús la mencionó como una de las últimas señales de su retorno a la Tierra. Juan dice lo que vio en visión: "Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo"(Apocalipsis 12:17). ¿Quién es esta mujer perseguida por el dragón? ¿A quién simboliza? En la Biblia, la mujer es símbolo de una iglesia (Apocalipsis 12:1; Efesios 5:25-32; 2 Corintios 11:2).  Una mujer pura, vestida de blanco, es la iglesia de Dios (Apocalipsis 12:1,5); y una mujer impura, vestida de escarlata, es la iglesia del enemigo de Dios(Apocalipsis 17).


La mujer perseguida es un símbolo de la iglesia de Dios. Juan mismo la describe de la siguiente manera. "Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas" (Apocalipsis 12:1). 

Esta iglesia fue perseguida por el dragón a lo largo de la historia. El enemigo la persiguió con saña porque ella nunca creyó en sus mentiras. Sólo dio crédito a la Palabra de Dios. El propio Juan estaba perseguido y desterrado en la isla de Patmos cuando escribió el libro de Apocalipsis: "Yo, Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo" (Apocalipsis 1:9).

Nota las dos causas por las que Juan estaba desterrado: la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. En realidad, las dos causas podrían resumirse en una sola: el amor a Jesús. Si tú amas al Señor, es lógico que seas fiel a su Palabra. Y si respetas su Palabra, no hay cómo aceptar los engaños y las mentiras que el dragón inventa. Esto encoleriza al enemigo. Entonces, el dragón termina persiguiendo a los que insisten en obedecer las enseñanzas de la Biblia.

La persecución no es contra los que apenas llevan el nombre de cristianos. Si yo soy cristiano pero ignoro la verdad y sigo las enseñanzas falsas del enemigo, él no tiene por qué perturbarme. Me deja tranquilo. La persecución es sólo para los que no se dejan engañar e insisten en obedecer lo que enseña la Biblia.

Es dramático saber que este grupo será cada vez menor. La mayoría optará por el camino fácil. Pero, al crecer este segundo grupo. los que insisten en obedecer las enseñanzas de la Biblia empezarán a ser vistos como radicales, intransigentes y políticamente incorrectos. ¿Puede haber, en nuestros días, alguien más digno de reprobación que una persona políticamente incorrecta? ¿A quién se le llama políticamente incorrecto? A aquel que no cede, que no rebaja sus valores, que no negocia principios; aquel que no piensa como la mayoría y no acepta lo que todos aceptan.


1/1/11

Una extraña persecución (1era parte).

"Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre" (San Mateo 24:9).


Los jardines del palacio brillaban tétricamente iluminados por 240 antorchas humanas. Desde su balcón, el emperador Dioclesiano contempla satisfecho el cuadro de horror y muerte. Como fondo musical se oía el lamento agonizante de los cristianos. Eran ellos las antorchas vivas. Su único delito: creer en Jesucristo y obedecer su palabra.

Corría el año 305 de la Era Cristiana. Dos años atrás Dioclesiano había subido al poder. Para empezar, ordenó que todo ejemplar de las Sagradas Escrituras fuera quemado. Las iglesias fueron derribadas. Los que no renunciaban a la religión cristiana eran muertos. Las casas y los que en ellas estaban eran incendiados. La historia registra que el emperador mandó erigir un monumento con la inscripción: "En honor de la extinción de la superstición cristiana". Fue una de las más crueles persecuciones de la historia.

Estos hechos sucedieron en los primeros siglos de la Era Cristiana. Son fragmentos tristes de una historia que a nadie le gusta recordar. Lo que pasó, pasó, y nunca más se volverá a repetir, ¿verdad? ¡Mentira! La persecución reapareció en la Edad Media. Esta vez la propia iglesia cristiana mandó perseguir a grupos de cristianos que insistían en estudiar y obedecer la Biblia como única regla de fe y doctrina. Eran llamados herejes y enfrentaban el juicio y la muerte por su desobediencia a la Palabra de Dios(San Mateo 24:9).

Pasaron siglos de todo aquello. Hoy parece poco probable que alguien sea perseguido por sus convicciones religiosas. Sin embargo, Jesús fue categórico al afirmar que, poco antes de su retorno a la Tierra, un grupo de cristianos volvería a ser perseguido por su insistencia en obedecer a la Biblia y solamente a la Biblia..

En el capítulo que trató de las catástrofes naturales vimos que el Señor Jesús anunció que habría señales extraordinarias en el Sol, la Luna y las estrellas. "Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará  su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en  los cielos serán conmovidas"(Marcos 13:24,25). El Maestro afirmó que todo eso sucedería "después de aquella tribulación". ¿De qué tribulación hablaba Jesús? Él mismo respondió: "Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre"(Mateo 24:9, Apocalipsis 12).

¿Quiere decir que antes de la venida de Cristo habrá una persecución? ¿Qué tipo de persecución es esa? ¿De qué se trata? Ninguna persona que ama la verdad puede conservarse al margen de este asunto. Es algo que tiene que ver con el destino eterno de todos los seres humanos.

Antes de continuar con este tema es necesario recordar que a lo largo de la historia siempre existió un enemigo de Dios cuya especialidad es el engaño. Él trató de llevar a la raza humana por el camino de la mentira. Este enemigo es identificado en la Biblia con los nombres de diablo y Satanás(Apocalipsis 12:9). El libro de Apocalipsis lo presenta simbolizado por un dragón(Apocalipsis 12:3,9). El dragón usa la seducción para alcanzar sus propósitos. Emplea la mentira y logra engañar a muchos, incluso, de ser posible, "a los escogidos",  de acuerdo con las palabras del propio Señor Jesús. Pero, aunque la seducción y el engaño le dan buenos dividendos, existe un grupo de personas que estudia la Biblia y no se deja engañar. ¿Qué hace el enemigo entonces? Se llena de ira y los persigue. Si no consiguió sus propósitos por las buenas, lo hará por las malas.