29/11/10

La sublevación de la naturaleza(3era parte)

Desde 1961, el mar ha venido subiendo 0,8 milímetros por año. El IPCC calcula que, si la temperatura continúa aumentando al ritmo que lo viene haciendo en las últimas décadas, el mar habrá subido 61 metros hasta el año 2050. Esto esto es espantoso, si tienes en cuenta que una subida de sólo 6 metros sería suficiente para sumergir las principales capitales costeras del mundo.


Peor. Seis de los siete años más calurosos, desde que se tiene registros, han tenido lugar desde 2001. El hemisferio norte ya ha perdido un 5% de nieve desde 1966.

Cuando yo era niño y viajaba de Lima a Jauja, la ciudad donde nací, en la República del Perú, me encantaba contemplar el paisaje de las montañas de Ticlio cubiertas de nieve perpetua. Al pasar por el punto ferroviario más alto del mundo quedaba fascinado al observar las sábanas blancas que cubrían los cerros. La última vez que anduve por esa parte de los Andes me dolió el corazón. Vi los cerros desnudos y la naturaleza agonizando. Oía un gemido triste provocado por el viento frío que soplaba en las montañas. Quiere decir que los informes científicos son reales. Tenemos la impresión de que no nos afecta porque nos encontramos lejos de esos lugares. Pero eso no cambia la realidad.

Es innegable que el planeta está más caliente y el hombre tiene buena parte  de la culpa. La comunidad científica considera que este aumento de temperatura es inevitable. El nivel del mar seguirá subiendo por lo menos durante un siglo aun cuando mañana mismo se eliminara por completo la emisión de gases de efecto invernadero.


Al tomar conciencia de este peligro, el mundo vuelve su atención al cuidado del medio ambiente. La ecología se transformó en una especie de religión. La ecología socialista acusa al capitalismo salvaje de ser el culpable. Todos los sectores, desde el jardín de infantes hasta las universidades, pasando por las agrupaciones comunitarias y los clubes de vecindario, están interesados en cuidar mejor del planeta. Pero las cosas no mejoran. La Biblia dice que irán de mal en peor y que todo es parte de las señales que anuncian la venida de Jesús.

Al Gore, ex candidato a presidente de Estados Unidos, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007 por su documental "La Tierra en juego" [Earth in the Balance], que la ONU consideró "un esfuerzo por diseminar una advertencia al mundo sobre el cambio del clima causado por el hombre". Esto muestra la preocupación humana por salvar el planeta, pero muestra también la incapacidad del hombre para ver lo que realmente se avecina.

La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos[National Academy of Sciences] respalda la posición de Al Gore. Sami Solanki, el director del Instituto Max Plank para la investigación del sistema solar, en Gottingen, Alemania, ha dicho que en los últimos 60 años, además de las agresiones del ser humano a la naturaleza, el Sol se ha puesto más caliente por motivos inexplicables, y eso también ha contribuido al calentamiento del clima y el consecuente aumento de las catástrofes naturales.

¿Motivos inexplicables? Jesús ya lo había dicho, muchos siglos atrás, hablando de lo que sucedería en la Tierra, poco antes de su venida. "Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas".(Lucas 21:25,26) Todo se está cumpliendo como Jesús predijo.

"Angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar". ¿No te da la impresión de que el Señor Jesús está describiendo nuestro tiempo, nuestros miedos y nuestros dias? Sin embargo, hay que tener cuidado de no confundir las cosas. El hecho de ver todas estas catástrofes naturales no quiere decir que Dios está provocando todo eso. Él mismo explica la naturaleza de su relación con el ser humano: "Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal...." (Jeremías 29:11).

Esta es una buena noticia. Dios no permitirá que el hombre se destruya a sí mismo. Él ama al ser humano. Intervendrá en la historia y colocará un punto final a los desatinos de la criatura. Si esto es verdad y la ciencia no le pronostica mucho futuro al planeta, ¿no significa que el día glorioso de la venida de Cristo ya despunta en el horizonte?




De: Señales de Esperanza.

La sublevación de la naturaleza(2da parte)

El 8 de octubre de ese mismo año, otro terremoto de proporciones gigantescas sacudiría Pakistán y la India, provocando miles de muertes, decenas de miles de heridos y millones de personas desamparadas.



Algunos días después el huracán Stan mataría a más de 70 mil personas en Guatemala y en el sur de México, y el volcán Yamatec, en el Salvador, entraría en erupción causando varias muertes. Fueron evacuadas, por lo menos 7 500 familias.

De acuerdo con el Centro de Investigación Epidemiológica de Desastres (CRED), unaorganismo colaborador de la Organización Mundial de Salud, sólo de enero a octubre del año 2005 casi 100 mil personas habían muerto en todo el mundo por desastres naturales. Desde Bélgica, el CRED controla un archivo de datos sobre desastres en el ámbito mundial. De acuerdo con esta entidad, el número de desastres naturales registrando ha aumentado notablemente a partir de 1900.

El año 2005 podría haber pasado a la historia como el año de mayor número de catástrofes naturales. No fue así. El 2006 registró más protestas salvajes de la naturaleza. Para completar el escenario sombrío, Markku Niskala, secretario general de la Cruz Roja Internacional, declaró hace poco que en 2007 hubo un aumento de catástrofes del 20% sobre 2006. Se alcanzó la escandalosa cifra de 500 cataclismos naturales en el mundo entero. En la actualidad se calcula en 250 millones el número de personas afectadas por desastres naturales cada 10 años. En la mitad de los casos el elemento de destrucción es el agua.

El agua es vida. Si hay poca, la vida se extingue. Si hay demasiada, trae la muerte consigo. Esto es lo que sucede en algunas partes del mundo donde las inundaciones no dan tregua. La peor de ellas fue la del Río Amarillo, en la China. Mató cerca de cuatro millones de personas. Según el IPCC, "es probable que los episodios metereológicos extremos aumenten en frecuencia y fuerza durante el siglo XXI como resultado de los cambios del clima".

Ante esta macabra realidad, la humanidad se pregunta angustiada: ¿Qué sucede con nuestro planeta?  ¿Enloqueció? ¿Cuándo va a parar todo esto? Las respuestas son más macabras aún. Muchos religiosos salen pregonando la ira divina y la destrucción del mundo. Los astrólogos culpan a los astros. Y la comunidad científica atribuye la causa al calentamiento global provocado por el maltrato que el propio ser humano le inflige a la Tierra.

"Calentamiento global" es una expresión relativamente nueva. Se usa para explicar el aumento de temperatura de la Tierra. Está probado científicamente que la Tierra se ha venido calentando en la últimas décadas. Específicamente, el proceso se inicia desde que comenzó la llamada Revolución Industrial y se pasó a dar más importancia a la producción que a la calidad de vida del ser humano.

Los gases tóxicos, que los especialistas llaman "efecto invernadero", provenientes de las fábricas, los vehículos, incendios de la floresta y tantas otras actividades industriales y humanas, han ido destruyendo la capa protectora de ozono, al punto de permitir que los rayos del Sol lleguen a la Tierra con mayor intensidad. En consecuencia, la temperatura de la Tierra aumenta. Al suceder esto, los glaciares se descongelan y el nivel del mar sube.