9/2/09

NÚMEROS 23-25

PUNTOS SOBRESALIENTES: Las profecías de Balaam; la felicidad de Israel es profetizada; pecado de Israel por adorar con los moabitas; plaga detenida por la intercesión de Finees.

VERSÍCULO DE HOY: “… muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya” (Números 23:10).

La nación israelita había cruzado pacíficamente las fronteras del reinado moabita de Balac pero aún se encontraban en la llanura de Moab, preparándose para entrar en la Tierra Prometida.

El rey Balac y los moabitas estaban preocupados debido a que los israelitas estaban cerca de sus fronteras. Se habían enterado que los israelitas habían vencido al poderoso imperio egipcio y sus vecinos los amorreos estaban con mucho miedo, pensando que los israelitas eran una amenaza a su seguridad futura. Por consiguiente, Balac ofreció recompensas de honor y gran riqueza en el intento de contratar al profeta Balaam para maldecir a los israelitas.

Al comienzo, Balaam rehusó, diciendo, “¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?” (Números 23:8). Pero la avaricia de Balaam por las riquezas pronto lo ocasionó para comprometer lo que él sabía que era la voluntad de Dios.

No obstante la advertencia de Dios, Balaam trató de pronunciar maldición sobre los israelitas. Pero cada vez que abría su boca para maldecir a los israelitas, pronunciaba palabras de bendición provenientes de Dios. Humillado, pero determinado a ganar las riquezas y fama que Balac le había ofrecido, Balaam fue donde los madianitas con el plan de dirigir a los israelitas a pecar contra Dios. De esta manera, esperaba que Dios juzgaría a Israel y así él se ganaría el favor de Balac.

Balaam es el típico caso de muchas personas que conocen bien las Escrituras y anhelan “morir la muerte del justo,” pero no están deseosos de vivir la vida del justo.

La Biblia, en forma enfática, nos previene a estar alerta de quienes “retienen la doctrina de Balaam, que enseñaban a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel… a cometer fornicación”(Apocalipsis 2:14; también Judas 1:11). “Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” (2 Pedro 2:15).

PENSAMIENTO DE HOY: Aquellos que engañan al pueblo de Dios, en realidad se están oponiendo a Dios mismo.

CRISTO REVELADO: Como la Estrella y el Cetro (Números 24:17). Cristo viene a reinar en gran gloria, no solo sobre Israel, sino sobre todos los hombres (Apocalipsis 19:15-16).

NÚMEROS 21-22

PUNTOS SOBRESALIENTES: Los cananeos atacan a los israelitas; las serpientes venenosas; los israelitas conquistan a los amorreos; Balac y Balaam.

VERSÍCULOS DE HOY: “Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes… Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce y vivía” (Números 21:6,9).

Un espíritu de enojo prevalecía en el campamento de Israel, con resentimiento “habló el pueblo contra Dios y contra Moisés” (Números 21:5). Como consecuencia de ello, su protección maravillosa de los peligros del desierto fue retirada. Hasta ese entonces, no había ningún registro de que nadie hubiese sido mordido por una serpiente. (Note Deuteronomio 8:15) Su necesidad de la protección del Señor fue renovada cuando miles de israelitas fueron mordidos por serpientes ardientes y murieron.

En la conversación que tuvo con Nicodemo, Jesús se refirió a este evento histórico. Nicodemo no podía comprender cómo nacer de nuevo. Entonces el Señor uso el mismo medio para mostrarle a Nicodemo cómo ser salvo, el mismo que usa hoy en día: lo dirigió a Su Palabra.

La serpiente de bronce fue hecha para representar a las serpientes venenosas. Si creían en la promesa de la Palabra de Dios y miraban a la serpiente de bronce, ellos se sanaban. Entonces Dios envió “a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne” (Romanos 8:3, compare 2 Corintios 5:21).

La humanidad estaba envenenada por “la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás” (Apocalipsis 12:9) y su dolorosa mordedura atormenta a sus víctimas hasta al muerte “… y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:15).

Este mundo es como el campamento de Israel. El pecado ha traído la muerte, pero la salvación está al alcance de todos. Los israelitas moribundos no merecían ser sanados pero si creían en la provisión de Dios y miraban a la serpiente de bronce vivían.

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).

PENSAMIENTO PARA HOY: El camino a la vida eterna aún puede ser encontrado solo en la Biblia.

CRISTO REPRESENTADO: Por Moisés el intercesor (Números 21:7). “… viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25).