31/10/09

1 REYES 1- 2:25


PUNTOS SOBRESALIENTES: Ministerio de Abisag a David; complot de Adonía; Salomón ungido rey; últimas instrucciones de David a Salomón; muerte de David; Adonía es ejecutado.

VERSÍCULO DE HOY: "Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos, y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas" (1 Reyes 2:3).

Las últimas palabras de David a Salomón revelan su más grande deseo para su hijo, que viva para complacer al Señor. David no dijo nada a Salomón sobre ganar fama para su reino. Pero enfatizó la importancia de guardar los mandamientos de Dios para complacerlo. La preocupación de David no era que Salomón obtuviera riquezas materiales, sino que prosperara espiritualmente viviendo en armonía con la Palabra de Dios.

Desde el punto de vista de Dios, las bendiciones materiales son secundarias y pueden ser obtenidas o no por aquellos que "prosperan." Esteban y Pablo no "properaron" en la opinión del mundo, pero su prosperidad verdadera es inmensurable.

El hombre verdaderamente "bendecido" está protegido contra los fracasos de una vida sin fruto porque "... en su ley medita de día y de noche ... y todo lo que hace prosperará " (Salmo 1:2-3).

A través de las Escrituras podemos descubrir la revelación singular de la voluntad de Dios, uno de los más grandes regalos que puede ser otorgado al hombre. Qué privilegio es poder leer la Biblia cada día.

"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama; será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14:21).

PENSAMIENTO PARA HOY: Nuestra felicidad de cada día no debería depender de la prosperidad material.

CRISTO REPRESENTADO: Por Salomón, cuya vida fue amenazada por aquellos que temían que llegase a ser rey(1 Reyes 1:11-12); compare con Mateo 2:13-18.

29/10/09

1 REYES


El libro de 1 Reyes es una continuación de la historia de Israel que se narra en el libro de 2 Samuel y abarca cerca de 120 años. Los capítulos iniciales abarcan la muerte de David y la coronación de Salomón (1 - 2:12). El resto de los primeros 11 capítulos está dedicado a los 40 años del reinado de Salomón (2:13 - 11).

Bajo el reinado de Salomón, Israel disfrutó de sus años de fama más notables. Reyes de todos el mundo se enteraban de su sabiduría y enviaban a sus súbditos para que lo escucharan (4:34).

Al comienzo de su reinado, Salomón expresó su deseo de honrar a Dios. Pero sus muchas esposas extranjeras, su riqueza y su gran fama influyeron para que se alejara de Dios.

Salomón no solo tuvo el privilegio de construir el templo, sino también el de conocer completamente la voluntad de Dios, ya que Dios se le apareció por lo menos dos veces. También Dios le habló de una manera inconfundible. (Compare 3:5 - 14; 9:2 - 9; 11:9 - 13). Aún así no hubo un arrepentimiento sincero.

A pesar de que Salomón heredó un reino unido poderoso que crecía en riqueza y superioridad mundial, él produjo su división, tal como Dios lo pronunció: "Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino" (11:11).

No solo la nación continuó en declinación espiritual, sino que también el pueblo se resintió debido a la pesada carga de tener que pagar impuestos excesivos, los cuales eran necesarios para sostener el gobierno de Salomón y su estilo de vida lujoso.

Después de la muerte de Salomón, las 10 tribus, comunmente llamadas Israel o el Reino del Norte, rechazaron inmediatamente al hijo de Salomón, Roboam y nombraron a Jeroboam como su rey.

Se conoce mejor a Jeroboam como el rey que dirigió a Israel hacia el pecado de adorar a los becerros de oro(22:52; 2 Reyes 10:29).

El reino del Sur o Judá consistía en las tribus de Judá y Benjamín y de la mayoria de los levitas.

La capital de Israel era Samaria; la capital de Judá era Jerusalén. Los capítulos 12 - 16 abarcan los reinos divididos.

Los últimos capítulos (17 -22) se enfocan principalmente en el profeta Elías y en Acab, el rey mas impío de Israel.

El libro de 1 Reyes muestra cómo el asenso o descenso de los reinos hebreos estaban directamente relacionados con la obediencia o rechazo del pueblo a la voluntad de Dios.