24/2/10

ISAÍAS 47 - 51

PUNTOS SOBRESALIENTES:  Juicio sobre Babilonia; Cristo, una Luz a los gentiles; restauración de Israel; el sufrimiento del Siervo del Señor; palabras de consuelo a los fieles.

VERSÍCULO DE HOY: "¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? el que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios" (Isaías 50:10).

Los siervos cautivos y afligidos de Dios son con frecuencia sobrecargados de calamidades (Isaías 49:14). Comunmente esperamos juicio sobre los impíos y tal vez sobre el creyente en pecado. Pero vemos muy extraño cuando le va mal al cristiano más piadoso que "teme a Jehová, y oye la voz de su siervo".

Cuando esperanzas y planes son aplastados y una sucesión de dificultades viene, cada una más difícil que la anterior, entonces podrá decir con Jeremías "Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de Su enojo. Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz". Cuando las tinieblas continúan y las respuestas a las oraciones no llegan, Jeremías sabía que solo cabía una decisión segura: "Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová" (Lamentaciones 3:1-2, 26).

Espere en El en oración sincera, ferviente y perseverante. Continúe en oración como lo hizo el hombre en la parábola de nuestro Señor, quien no tenía un pedazo de pan en la casa pero fue donde su amigo a media noche y continuó pidiendo (Lucas 11:5-8). Las respuestas vienen a aquellos que piden y buscan activamente, a aquellos que no se conforman pasivamente.

Todos los siervos de Dios sabemos lo que siente cuando la luz que esperamos se convierte en tinieblas. Nuestro Señor lo sintió cuando  clamó diciendo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46). Pero el clamor del Salvador fue seguido por palabras: "Padre, en tus manos encomiendo  mi espíritu ..." (Lucas 23:46).

"Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos" (I Corintios 4:11-12).

PENSAMIENTO PARA HOY: Recuerde que Dios nunca abandona a Sus hijos (Mateo 28:20).


CRISTO REVELADO: Como la "luz" de las naciones (Isaías 49:6) para traer la luz de la salvación de Dios a todas las naciones de la tierra (Lucas 2:32; Hechos 13:47).

23/2/10

ISAÍAS 43 - 46

PUNTOS SOBRESALIENTES: El cuidado de Dios por Israel; la insensatez de la idolatría; Jerusalén y el Templo a ser reconstruidos; propósito de Dios para Ciro; el poder del Señor y la debilidad de los ídolos.

VERSÍCULOS DE HOY: "Así dice Jehová ... Yo Jehová ... que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá. Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré ... que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero ..." (Isaías 44:24-28).

Sólo el Espíritu de Dios pudo haberle dado a Isaías detalles tan sorprendentes sobre un hombre llamado Ciro, 130 años antes de que haya nacido.

Cuando Isaías profetizó: "Y sus ruinas reedificaré", no habían "ruinas" que reedificarse. El Templo estaba aún en pie, las paredes estaban en condiciones perfectas y la nación aún disfrutaba de libertad. Además, no parecía probable que un conquistador mundial soltaría a los judíos y los animaría a volver a Jerusalén a reconstruir el Templo para "el Dios de los cielos" (Nehemías 1:4). Ninguna profecía parecía más improbable de cumplirse que ésta. Sin embargo, todas estas cosas se cumplieron exactamente como Isaías lo había profetizado.

El mensaje del profeta revela nuestra falta de discernimiento y nuestra necesidad de confiar en el Señor, no importa lo que nos espere. No nos atrevamos a dudar del cuidado amoroso de Dios o de Su poder para cumplir Sus promesas. Su Palabra debería darnos confianza de que cada detalle de nuestras vidas está decretado por Dios.

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).

PENSAMIENTO PARA HOY: Dios no tiene límites; El cumplirá su Palabra, en Su tiempo.


CRISTO REVELADO: Como el Redentor (Isaías 43:1; 44:22-24). Por medio de Su muerte en la cruz, Cristo ha redimido a todos los que confían en El como Salvador ( I Corintios 6:20; I Pedro 1:18-19).