28/2/10

JEREMÍAS

Existe un lapso de cerca de 70 años entre los libros de Jeremías e Isaías. Durante la época de Isaías, Asiria destruyó a Israel, la nación de diez tribus. Pero a medida que los años pasaban, el imperio asirio se debilitó considerablemente y gradualmente Babilonia ganó supremacía.

Jeremías nació cerca de 75 años después de que los asirios derrotaron al Reino del Norte de Israel. El profetizó durante la última parte de la historia del reinado de Judá. El ministerio de Jeremías continúa a través de los reinados de Josías, Joacim, Joaquín, Sedequías y Gedalías. Durante este tiempo los babilonios derrotaron dos grandes imperios, Asiria y Egipto.


El profeta Jeremías clamó a la nación de Judá por el arrepentimiento de sus pecados y para servir al Señor, pero el pueblo lo rechazó. Finalmente Nabucodonosor, el rey de Babilonia, atacó a Jerusalén, tal como lo había profetizado el profeta.

Después de ser sitiada por 18 meses, la ciudad fue derrotada, las paredes y el Templo destruidos y mucha gente fue llevada cautiva a Babilonia.

Nabucodonosor dejó a Jeremías y a la gente pobre en Jerusalén y nombró a Gedalías como el gobernador títere judío en Jerusalén. Después de sólo dos meses Gedalías como el gobernador títere judío en Jerusalén. Después de sólo dos meses Gedalías fue asesinado. Por temor a la reacción de Nabucodonosor, los pocos que quedaban en Judá se escaparon a Egipto llevando a Jeremías como rehen.

El último registro que tenemos del anciano profeta Jeremías, es cuando estaba predicando contra las mujeres judías que adoraban a "la reina del cielo" (44:15-30).

Aunque Jeremías vivió para ver su profecía cumplida contra Israel, también profetizó que Babilonia se hundiría para nunca más levantarse (51:64), y que el pueblo de  Judá volvería y que la nación sería restaurada.

27/2/10

ISAÍAS 64 - 66

PUNTOS SOBRESALIENTES: Nuestra justicia como trapos sucios; oración por la presencia de Dios; Nueva Jerusalén; promesas por contentamiento interior.

VERSÍCULO DE HOY: "Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes ... Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de tí, que hiciese por el que en el espera" (Isaías 64:14).

Quizás parezca que nuestra relación con Dios esté obstaculizada, por lo que parecen ser problemas enormes e insuperables. Algunas de estas "montañas" son el resultado de la oposición activa del enemigo, la cual puede ser vencida "porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" ( I Juan 4:4).

Entonces, existen montañas de pecado y de interés propio que cortan cada conección con el poder divino. Estas deben ser derribadas para disfrutar la presencia de Dios.

Pero otras montañas de impedimentos se levantan realmente por nuestra falta de fidelidad en la oración. No podemos ser efectivos en nuestra vida cristiana si no somos efectivos en la oración. Cuando nosotros "hacemos las cosas que son agradables delante de él" (I Juan 3:22), podemos orar y esperar que Dios va a quitar cada montaña, cada dificultad.

"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" ( I Corintios 2:9).

PENSAMIENTO PARA HOY: El egoísmo y el pecado rompen nuestra comunión con el Señor y nos privan de recibir la verdadera paz, gozo y sabiduría.


CRISTO REVELADO: Como el Creador del cielo nuevo y de una tierra nueva (Isaías 65:17; 66:22; compare II Pedro 3:13).

Como el Único cuya gloria será declarada entre las naciones (Isaías 66:18-19; Apocalipsis 5:12-13).