PUNTOS SOBRESALIENTES: El pecado de Acán; los israelitas huyen de Hai; Hai destruido; lectura de la Ley en el Monte Ebal.
VERSÍCULO DE HOY: “Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai” (Josué 7:4).
Los israelitas habían visto al Señor apartar las aguas del Río Jordán y derribar las poderosas murallas de la ciudad de Jericó. Pero en la batalla de Hai, una ciudad mucho más débil, sufrieron humillación y derrota. Treinta y seis israelitas murieron en la batalla.
Josué no había buscado el consejo del Señor antes de salir a la batalla con Hai; por el contrario, aceptó el consejo de sus espías (Josué 7:2-4) y llevó a cabo su propia decisión. Pero el mismo Jehová era su Capitán, su comandante el Jefe. El solo podía emitir órdenes que resultarían un éxito (5:13-15). Esto es confirmado por el hecho de que, nueve veces en los primeros seis capítulos del libro de Josué, la Biblia registra cómo el Señor dirigió a Josué. (Note Josué 1:1; 3:7; 4:1,8,10,15; 5:2,15;6:2.) Entonces en Josué 7:2-5, Josué y su comité (no el Señor) decidieron unánimemente la acción a tomar, la cual resultó en fracaso.
Fueron dadas instrucciones en cuanto al lugar de donde Josué debía recibir instrucciones de Dios: “El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio…” (Números 27:21).
Es verdad que Josué ignoraba el pecado de Acán, lo cual causó la derrota en Hai. Pero Josué debió haber pedido consejo al Señor “antes” de ir a la batalla en lugar de hacerlo “después” de la muerte de 36 personas (Josué 7:5-11).
El pueblo de Dios está en un gran peligro cuando supone que no necesita orar para pedir la dirección de Dios, especialmente cuando él acaba de contestarle o bendecirlo plenamente.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
PENSAMIENTO PARA HOY: Aun los siervos de Dios más honrados fracasan cuando descuidan la oración.
CRISTO REVELADO: Por medio de las piedras enteras del altar (Josué 8:31). Daniel vio a Cristo como una piedra que no fue cortada por manos humanas (Daniel 2:34).
9/2/09
JOSUÉ 4-6
PUNTOS SOBRESALIENTES: El monumento de 12 piedras; la circuncisión es renovada; Pascua en Gilgal; el maná cesa; Jericó es sitiado y destruido.
VERSÍCULO DE HOY: “En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel” (Josué 5:2).
Cuando los dos millones aproximadamente de israelitas cruzaron el Río Jordán, los habitantes cananeos se sobrecogieron de terror (Josué 2:9). Este pudo haber sido el momento perfecto para lanzarse a la batalla y conquistar la tierra que Dios les había prometido. Pero aún no estaban en una correcta relación de pacto con Dios para tomar posesión de la Tierra Prometida.
Durante los 40 años de peregrinaje en el desierto, los israelitas habían ignorado la práctica de la circuncisión, un símbolo de la relación de pacto con Dios (Jeremías 9: 25-26).
Antes de asumir el liderazgo como líder de Su pueblo del pacto nombrado por Dios, era sumamente importante que el propio hijo de Moisés fuese circuncidado (comparar Éxodo 4:24-26 y Génesis 17:7-14).
Manteniendo el pacto de Dios con Abraham la generación nueva tenía que someterse al rito humillante de la circuncisión. Su obediencia les aseguraba la protección y dirección continua de Dios.
Podremos asumir que Dios quisiera que hagamos algo por El, pero es vital que primero nos humillemos en sometimiento voluntario a Su palabra.
“En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Colosenses 2:11-12).
PENSAMIENTO PARA HOY: Las tardanzas de Dios son siempre más útiles que nuestro apuro.
CRISTO REVELADO: Como Capitán de las huestes del Señor (Josué 5:14).
VERSÍCULO DE HOY: “En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel” (Josué 5:2).
Cuando los dos millones aproximadamente de israelitas cruzaron el Río Jordán, los habitantes cananeos se sobrecogieron de terror (Josué 2:9). Este pudo haber sido el momento perfecto para lanzarse a la batalla y conquistar la tierra que Dios les había prometido. Pero aún no estaban en una correcta relación de pacto con Dios para tomar posesión de la Tierra Prometida.
Durante los 40 años de peregrinaje en el desierto, los israelitas habían ignorado la práctica de la circuncisión, un símbolo de la relación de pacto con Dios (Jeremías 9: 25-26).
Antes de asumir el liderazgo como líder de Su pueblo del pacto nombrado por Dios, era sumamente importante que el propio hijo de Moisés fuese circuncidado (comparar Éxodo 4:24-26 y Génesis 17:7-14).
Manteniendo el pacto de Dios con Abraham la generación nueva tenía que someterse al rito humillante de la circuncisión. Su obediencia les aseguraba la protección y dirección continua de Dios.
Podremos asumir que Dios quisiera que hagamos algo por El, pero es vital que primero nos humillemos en sometimiento voluntario a Su palabra.
“En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Colosenses 2:11-12).
PENSAMIENTO PARA HOY: Las tardanzas de Dios son siempre más útiles que nuestro apuro.
CRISTO REVELADO: Como Capitán de las huestes del Señor (Josué 5:14).
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