RUT 1-4

PUNTOS SOBRESALIENTES: Elimelec y Noemí se mudan de Belén a Moab; regreso de Noemí y Rut a Belén; Rut trabajando en los campos de Booz; matrimonio de Booz y Rut; genealogia de David.

VERSÍCULO DE HOY: “... ¿Por que me llamréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mi, y el Todopoderoso me ha afligido?” (Rut 1:21).

Debido a un hambre muy grande, Elimelec tomó a su esposa Noemí y a sus dos hijos y se fue de Belén(que significa “casa de pan”). Cruzaron el Río Jordán y viajaron a la tierra de Moab, lugar de la maldición de Dios(Números 24:17; Amos 2:1-3).

Lo que creyeron que había de ser un viaje temporal escapando del hambre, se convirtió en un lugar de morada permanente, ya que permanecieron allí cerca de 10 años(Rut 1:1-4). Durante ese tiempo, sus hijos se casaron con mujeres moabitas.

Finalmente Elimelec (cuyo nombre significa “mi Dios es Rey”) y sus hijos murieron y fueron enterrados allí. Dios ya no era el Rey de esta familia la cual fracasó en confiar en El para que les proveyera el “pan” en Belén. Noemí cuyo nombre significa “placentero”, se quedó sola. Creyó que no tenía nada que valiera la pena para seguir viviendo.

Las noticias acerca de que “Jehová había visitado a su pueblo para darles pan” hizo que Noemí volviera a Belén, llevando consigo a Rut (Rut 1:6). Noemí expresó su profunda tristeza diciendo, “No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara” (que significa amargura 1:20). Ella confesó, “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías...” (1:21).

La conclusión asombrosa es que Dios usó a Noemí para traer a la gentil moabita, Rut a Booz, lo cual trajo a los gentiles descendientes del Mesías.

Esta historia debería dar ánimo y esperanza aun a la persona más abandonada y derrotada.

“Antes, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

PENSAMIENTO PARA HOY: De las más amargas experiencias, Dios puede perfeccionar Su voluntad en nuestras vidas.

CRISTO REVELADO: Por medio de Belén, que significa “casa del pan.” Jesús, el Pan de Vida, satisface el hambre espiritual de todo aquel que viene a El.