14/8/09

JUECES


El libro de Jueces abarca entre 300 a 400 años de la historia de Israel, desde el principio del período de los jueces hasta Samuel el profeta.

Después de la muerte de Josué, “… Se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová… Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y Astarot” (2:10,13). Esto marcó el principio de la conquista y control de la Tierra Prometida y mostró la condición nacional del pueblo después de la muerte de Josué (Capitulos 1-2).


Se desataron guerras civiles a medida que los intereses propios debilitaban la seguridad nacional (12:1-6; 20). Sus espíritus independientes se pueden resumir en las palabras: "Cada uno hacía lo que bien le parecía" (17:6; compare 18:1-28;21:25).


Para evitar la guerra, los israelitas se comprometieron con los cananeos y así dejaron de obedecer completamente a las órdenes de Dios de expulsarlos (Josué 17:18). Pronto los israelitas estaban participando en la adoración de los ídolos cananeos. Debido a ello, el Señor quitó su protección y los israelitas fueron atacados por naciones invasoras. Pero cada vez que los hijos de Israel oraban, Dios levantaba a un juez, un libertador (Jueces 3-16).


El libro de Jueces se centra es seis períodos en particular en que "Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová" (3:7). Aunque se menciona a 12 jueces, el libro enfoca a los 5 jueces que Dios levantó cuando los israelitas oraron, y también acerca del violento gobierno de Abimelec.


La muerte de Sansón marca el fin del período largo de los jueces. Lo que sigue en los capítulos restantes no es una continuación de la historia de Israel, sino una ilustración del nivel moral y espiritual que había dentro de la Tierra Prometida(capítulos 17-21).


El libro de Jueces es más que un registro de las batallas entre los israelitas y sus enemigos. Es un "libro de guerras" donde Dios estaba contendiendo con el mal que había en los corazones de Su pueblo. El propósito más importante del libro es el de revelar los resultado inevitables cuando el hombre rechaza a Dios como su Rey y se convierte en su propio juez.

No hay comentarios: