8/1/11

Una extraña persecución (3era parte).


La "terquedad" de este pueblo perseguido está relacionada principalmente con un asunto que la inmensa mayoría considera un detalle tonto. En Apocalipsis 12:17 el dragón persigue a la mujer y también "al resto de su descendencia", que es la iglesia de los últimos días, por un solo motivo: su insistencia en obedecer a Dios de acuerdo con su Palabra. Nota que la iglesia del tiempo del fin tiene dos características:  guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús. ¿Te acuerdas? Los mismos motivos por los que Juan había sido desterrado a la isla de Patmos. Lealtad y obediencia a Dios y a su Palabra.

Hoy muchos conceptúan los Mandamientos de Dios como sin valor para el pueblo cristiano. Entienden que la Ley fue clavada en la cruz del Calvario, y por tanto el cristiano no debe más vivir preocupado por observar los Mandamientos. Sin embargo, el remanente es identificado justamente porque insiste en ser fiel a Jesús y guardar los Mandamientos. Puede parecer un detalle trivial, pero la obediencia a los principios eternos de la palabra de Dios no es negociable.

En el capítulo 13 del libro de Apocalipsis se vuelve a hablar del dragón. Aquí el dragón le da su poder a una extraña bestia. En profecía, "bestia"  es símbolo de reino o poder. Juan dice que a esta bestia "se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación"(Apocalipsis 13:7).

Ahí está el poder que persigue a los santos. Es un poder religioso. Recibe la adoración de las personas. "La adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero"(Apocalipsis 13:8).

Es un poder religioso y perseguidor. ¿A quién persigue? A los santos. ¿Cómo se identifica a los santos? El propio Juan da la respuesta: "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús"(Apocalipsis 14:12).

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