19/1/09

NÚMEROS 1-2

PUNTOS SOBRESALIENTES: La primera enumeración (censo) de los israelitas por parte de Moisés; nombramiento de los levitas; distribución de los campamentos; líderes (cabezas) de las tribus.

VERSÍCULO DE HOY: “Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de Sinaí” (Números 1:19).

El pueblo fue enumerado tres veces en el desierto. Nueve meses antes fueron enumerados con el propósito de recoger dinero para la expiación de cada hombre de 20 años o más. (Compare Éxodo 30:11-16 con 38:25-26). Treinta y ocho años más tarde la nueva generación fue enumerada antes de entrar en la Tierra Prometida.

El propósito de esta enumeración era el de organizar un ejército. Dios había prometido a los hijos de Israel la tierra de Canaán, pero con muchas batallas. Enemigos innumerables tenían que ser conquistados antes de que pudiesen entrar en la Tierra Prometida.

Esta enumeración fue exactamente un mes después de haber establecido el tabernáculo (Éxodo 40:2, 17) y aproximadamente 11 meses desde que llegaron al desierto de Sinaí. Había pasado casi un año. (Compare Éxodo 19:1 y Números 1:1 y 10:11).

Con tan gran destino como la Tierra Prometida, ¿Por qué el atraso? ¿Cuál era el significado del vano peregrinaje sin dirección de 38 años? El Su conocimiento previo, Dios tenía que preparar primero una nueva generación para la herencia prometida. También, se necesitaba tiempo para que la vieja generación de esclavos, quienes se habían quejado y rebelado, muriese en el desierto (Números 14:26-35).

En esto tenemos una ilustración de cómo Dios trata con Su pueblo hoy en día. Hay veces en la vida del cristiano, cuando los años pasan, las oportunidades vienen y van, y la vida se apresura a su fin, que es poco el progreso que se ha hecho en transformar nuestro carácter, y pocos los frutos eternos que se llevan a cabo. ¿Son los años perdidos una evidencia de que mucha de nuestra naturaleza vieja aún no ha sido enterrada?

Los años infructíferos del pasado no necesitan ser en vano. Reconozcamos nuestras “experiencias del desierto” como un medio de morir a la incredulidad y como un diseño Divino de prepararnos para servicio espiritual.

“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16).

PENSAMIENTO PARA HOY: En todas nuestras circunstancias deberíamos recordar que Dios está preparando Su propio pueblo para la herencia prometida.

CRISTO REPRESENTADO: Por Moisés al dirigir al pueblo (Números 1:54). Jesús dijo, “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas; y las mías me conocen” (Juan 10:14).

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