PUNTOS SOBRESALIENTES: Jesús se refiere al divorcio; los niños son bendecidos; joven gobernador rico; pedido de Santiago y de Juan; el ciego Bartimeo es sanado; entrada triunfal; purificación del Templo; lección de la higuera estéril; autoridad de Cristo es desafiada.
VERSÍCULO DE HOY: "Por tanto lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Marcos 10:9).
La relación entre esposo y esposa está inseparablemente unida a sus relaciones mutuas con Cristo. Con frecuencia un esposo siente que su esposa le pertenece a él, y olvida la verdad de que ella le pertenece al Señor. Como resultado, él no reconoce su responsabilidad de cuidar de aquella que verdaderamente le pertenece al Señor.
Es el deber del esposo proveer para sus necesidades físicas y cuidar de la vida espiritual de ella, sustentándola y cuidándola, "como también Cristo a la Iglesia" (Efesios 5:22-31).
Dios creó el mundo y se lo encargó a Adán antes de crear a la mujer. Eva no fue creada como una compañera idéntica, sino como la ayuda idonea. Ningún hogar donde se ignora la clara Palabra de Dios, que "Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer" ( I Corintios 11:3) ha tenido éxito ni ha sido feliz. Muchas esposas cristianas se olvidan también de "aquellas santas mujeres que esperaban a Dios, estando sujetas a sus maridos: como Sara obedecía a Abraham" ( I Pedro 3:5-6). Debemos confiar en la misericordia y sabiduría de Dios antes que en nuestro razonamiento.
La mayoría de los divorcios son el resultado de que uno o ambos esposos rechazan estos principios divinos para un hogar feliz. No se puede separar la sumisión del uno al otro de la sumisión a Cristo.
"Someteos los unos a los otros en el temor de Dios" (Efesios 5:21).
PENSAMIENTO PARA HOY: Una persona puede convertirse en esclavo de la persona a quien odia, al permitir que los sentimientos de resentimiento por ella lo dominen.
REFERENCIAS: Para Marcos 10:6: Génesis 1:27. Marcos 10:7-8: Génesis 2:24. Marcos 10:19: Éxodo 20:13-14. Marcos 11:19: Salmos 118:26. Marcos11:17: Isaías 56:7; Jeremías 7:11.
No hay comentarios:
Publicar un comentario