PUNTOS SOBRESALIENTES: Un solo evangelio; Pablo reprende a Pedro; justificación por fe, no por ley; el propósito de la Ley.
VERSÍCULO DE HOY: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley ... a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu" (Gálatas 3:13-14).
Algunos maestros enseñaban mal a los gálatas, diciéndoles que además de creer en Cristo, tenían que cumplir con ciertos ritos de la ley, como el de ser circuncidados. Pero la salvación en Cristo es completa. Su redención no depende de esfuerzos humanos.
430 años antes, Dios dio la ley a Moisés y bendijo a Abraham por su fe. Si la fe sin ley fue suficiente para Abraham, ¿por qué nosotros debemos volvernos de la fe a la ley?.
En el capítulo tres de Abraham se menciona ocho veces para asegurarnos que así como "Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia" (Gálatas 3:6), así nosotros somos hechos hijos de Dios por nuestra fe en el Cristo crucificado y no por guardar la ley o hacer buenas obras. La ley nos fue dada como: "Nuestro ayo, para llevarnos a Cristo" (3:24).
El ayo era un sirviente a quien se confiaba el cuidado de un niño hasta alcanzar madurez. La ley, como fiel ayo, hacía que el pecador comprendiera su pecaminosidad, y lo imposible que es ser suficientemente bueno para agradar a Dios.
El perdón, la misericordia y el amor de Dios pueden experimentarse solo mediante la relación personal con Cristo. "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gálatas 3:27).
PENSAMIENTO PARA HOY: El haber dado Su vida en amor por nosotros, nos capacita para amarlo a El.
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