PUNTOS SOBRESALIENTES: Alegoría de Agar y Sara; la libertad del evangelio; el fruto del Espíritu.
VERSÍCULOS DE HOY: "Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Aba, Padre!" (Gálatas 4:5-6).
En el Antiguo Testamento, si la pobreza hacía que alguien cayera en la esclavitud, o perdiera su herencia, el pariente más cercano podía obrar como "pariente redentor". Este pariente podía redimir al pariente esclavo pagando el rescate exigido por su liberación y por la restauración de su propiedad (Rut 3:13).
Cuando Dios anunció Su plan de liberar a Israel de la esclavitud en Egipto, dijo: "Os redimiré con brazo extendido" (Éxodo 6:6). La liberación de Israel de la esclavitud egipcia y su restauración a la Tierra Prometida, fue símbolo de la liberación espiritual por la cual Cristo, nuestro "pariente" redentor, nos libra del pecado y nos restaura a la comunión con Dios. Cristo pagó el rescate por nuestros pecados con Su muerte en la cruz ( Tito 2:14; Hebreos 9:12-14).
Mediante la obra redentora de Cristo, el creyente no es más un esclavo del pecado, sino un hijo de Dios y coheredero con Cristo (Romanos 8:17). El propósito doble que el Señor tuvo al redimirnos fue pagar por nuestros pecados y adoptarnos como hijos en la familia de Dios.
"Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" ( I Pedro 1:18-19).
PENSAMIENTO PARA HOY: El fracaso que vemos en la vida de otra persona tal vez sea el reflejo del pecado oculto de autojusticia que tenemos.
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