NEHEMÍAS 7 - 8

PUNTOS SOBRESALIENTES: Nehemías designa líderes; genealogía de los exiliados que volvieron; las Escrituras son leídas y explicadas; la Fiesta de los Tabernáculos es celebrada.

VERSÍCULOS DE HOY: "... porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: ... no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza" (Nehemías 8:9-10).

Bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías el pueblo tuvo el privilegio de restaurar el altar, el Templo y finalmente las entradas y los muros de Jerusalén. Parecía que todo se había completado. Pero el propósito de Dios para con Su pueblo, era mucho más que solamente restaurar los edificios y los muros de la ciudad. Estas cosas no tenían ningún significado a menos que el pueblo obedeciera Su Palabra.

Toda la Ley de Dios no había sido leída al pueblo desde su regreso de Babilonia. Sin la dirección de Dios a través de Su Palabra, todos sus esfuerzos serían en vano. Los fracasos previos fueron evidencia de la obediencia incompleta a Su Palabra.

Cuando Esdras leyó la Ley, explicando las Escrituras día tras día, se llevó a cabo un reavivamiento maravilloso. Esto fue seguido por un gran gozo (Nehemías 8:1-12).

Una vez que el pecado es confesado, Dios nos perdona y nos limpia de toda injusticia. Es por esto que Esdras le dijo al pueblo que no se entristeciera más por los pecados pasados, diciendo: "El gozo del Señor es nuestra fortaleza." Ya que el Señor nos aceptó, podemos aceptarnos a nosotros mismos así como a otros. Esta conciencia libre de culpabilidad es una de las más grandes bendiciones que un cristiano puede poseer, físicamente, mentalmente, emocionalmente y espiritualmente.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).

PENSAMIENTO PARA HOY: Confesar el pecado no tiene valor si no lo renunciamos.

CRISTO REVELADO: A través del registro de nombres requeridos para servicio sacerdotal (Nehemías 7:64). Debemos estar seguros de que nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida y orar para que nuestros seres queridos también estén incluidos (Apocalipsis 20:12,15; Lucas 10:17-20).