En el libro de Eclesiastés no se hace mención de la oración, gratitud o alabanza a Dios.
Este libro revela el vacío de vivir para cualquier otro propósito que no sea el de complacer al Señor. Es una confesión del pesimismo de Salomón, quien fue famoso por su sabiduría (1:16), tuvo oportunidades ilimitadas de placeres terrenales (2:3) y fue bendecido con grandes riquezas (2:8).
Aunque la palabra "Dios" se menciona 40 veces en Eclesiastés, es sin excepción la palabra hebrea "elohim". Esta palabra fue usada para Dios por los creyentes, pero también fue usada por los inconversos e idólatras al referirse a sus dioses falsos y a sus ídolos.
A través de todo el libro no se menciona ni una sola vez la palabra Jehová, por la cual nuestro Padre es conocido por Su pueblo en pacto de relación con El.
No hay comentarios:
Publicar un comentario