9/2/09

DEUTERONOMIO 3-4

PUNTOS SOBRESALIENTES: Derrota de Og; rey de Basán; división de la tierra: Oración de Moisés para entrar a Canaán; su vista de la Tierra Prometida; su petición por obediencia nacional; advertencia contra la idolatría; ciudades de refugio.

VERSÍCULOS DE HOY: “No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros” (Deuteronomio 3:22).

Antes de que el pueblo de Israel cruzara el Río Jordán, viajaron con rumbo norte a la región fértil que está al este del Mar de Galilea. Se encontraron frente al poderoso rey de Basán, quién controlaba un vasto territorio.

El Señor los había animado a través de Moisés diciendo “No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo…”

Confiar en el Señor cuando enfrentamos problemas muy grandes no es natural para nadie. Esta fe “es por el oir, y el oír por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17). A medida que leemos y meditamos en Su Palabra, y actuamos de acuerdo a ella, nuestra fe se manifiesta más.

A medida que leemos la Biblia con un corazón deseoso de obedecerla, el Espíritu Santo hace la Palabra “rápida y poderosa,” es decir vivificante y activa, de manera que las verdades de la Biblia llegan a ser una realidad viva en nuestras vidas.

El pueblo de Dios con frecuencia encara situaciones aparentemente imposibles. Pero el Señor ha provisto al cristiano con Su Palabra, la cual es la “espada del Espíritu” y el “escudo de la fe.” Dios nos protege y nos preserva de los “dardos de fuego” de Satanás los cuales están dirigidos a destruir Su propósito. (Efesios 6:16-18).

“Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída… sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (Judas 1:24-25).

PENSAMIENTO PARA HOY: Es nuestra fe en Dios, no nuestra fuerza ni nuestra sabiduría, lo que nos lleva a la victoria.

CRISTO REPRESENTADO: Por Josué, quién dirigió a los israelitas a la tierra que Dios les había dado como herencia (Deuteronomio 3:28). A través de Jesucristo recibimos el perdón de los pecados y una herencia de Su abundancia y bendiciones, aquí y en la eternidad (Hechos 26:18).

No hay comentarios: